viernes, 28 de junio de 2013

Un Lunes más.

Lunes. Una semana más que había sobrevivido. Un día más que engañaba al despertador atrasándolo cinco minutos. Y qué jodido mal humor al despertar lejos de ti. Pasan los días, las semanas, los meses, incluso los años y no me acostumbro. Mi cama se queda vacía si no estás. Me gusta pensar en ti los primeros diez minutos al despertarme. Miro al techo fijamente, y después miro al lado izquierdo de la cama y te recuerdo. Recuerdo cuando dormías y me pasaba horas mirándote y cuando te dabas cuenta, me decías:

-Deja de mirarme que vas a desgastarme.- Y mientras (me) sonreías.


Los Lunes contigo siempre eran menos Lunes (ya sabes, menos infierno). Me acuerdo siempre de ti. Y joder, qué guapa estabas con el pelo hacia atrás. Y últimamente no sé ni quién soy ni sé a dónde voy. Me voy mil kilómetros de aquí (de ti) y llego al precipicio, y cuando voy a saltar... me echo atrás. Nos separamos y nos necesita(ba)mos. Qué ironía separarse cuando todo esto encaja.
Recordar(te) es una tortura diaria, pero es lo único que me hace sentir vivo.

Me acuerdo que me decías:

-Daniel, dulce como la miel.- Y después te reías y te escondías debajo de las sábanas de la cama esperando a que te matara a cosquillas (o a besos).


Todavía tengo las fotos que nos hicimos ese día enmarcadas en el salón, y saber que no voy a tener más fotos contigo, me mata. Que solo tú eras capaz de llevarme al cielo mientras tenía los pies en el suelo.


          He llegado a la conclusión de que el cielo puede esperar. Pero no sé si el cielo me esperará a mí. Así que mañana igual es un día más o uno menos.

PD: Me acuerdo todos los días ti como te prometí. Espérame, quizás pronto estemos juntos otra vez. Te quiero.

jueves, 27 de junio de 2013

Seamos.

Seamos como el invierno de fríos.

Seamos un verso de Pablo Neruda que algún día se convierta en un poema.

Seamos una canción de The Beatles y vivamos en un "Here comes the sun" (ya que no puedo pagarte el alquiler de tus costillas).

Seamos una acción poética que revolucione el mundo (casi tanto como la primera guerra mundial).

Seamos eternos, como el candado que pusimos en el puente Milvio de Roma jurando nuestro amor.

Seamos esa foto en blanco y negro del salón.

Seamos ese "De Madrid al cielo" que está escrito en ese puente donde un día nos perdimos (y nos encontramos).

Seamos esa noche del 1999 que llegó hasta Abril, esa canción de los años 80.


                              Seamos porque fuimos y tal vez somos.

Eramos un caos.

Eramos la mayor de las catástrofes (sobretodo cuando me sonreías).

Eramos nosotros.

Eramos... ¡Eramos, eramos y eramos!

No eramos nada pero eramos todo.

                      Seamos nada, porque nada, dura eternamente.