Digamos que éramos tú y yo, o yo y tú, o quizás un "nosotros" o... no sé qué éramos. Quizás amor, poesía o simplemente una canción. Sólo sé que últimamente he estado pensando mucho en ti y en cómo sería todo si no estuviera ahora mismo en esta azotea. Me encanta este sitio, porque al igual que yo, siempre hay muchas otras personas aquí arriba mirando a los enamorados que pasean ahí abajo cogidos de la mano y mientras, lloramos, creando así una lluvia de lágrimas dulces que caen sobre todas esas personas (y de ahí los míticos besos bajo la lluvia). Hoy es una de esas noches que parecen interminables, de las que tu mayor deseo es morirte, o bueno, que estés aquí abrazándome como lo hacías antes, pero sé que esta vez, me empujarías, y si no lo hicieses tú, lo haría yo, porque no hay mayor infierno que ver tu sonrisa y que ya no sea yo el motivo. Cuando tu risa era la mejor canción del mundo, o cuando tus manos marcaban ese recorrido por mi cuerpo creando una estrategia hasta llegar a mi corazón (para después clavar tus pequeñas dudas, y acabar rompiéndome un poquito más).
Y yo no puedo seguir torturándome cada vez que llueva. Aunque me encanta que llueva. Me encanta, porque me recuerda a tu perfume, o bueno, al que tenías cuando estabas conmigo. Y me gusta salir a la calle mientras llueve, a empaparme un poco de ti, porque así siento que aún estás conmigo (o mucho más cerca por lo menos), y entonces, pienso en qué estarás haciendo en ese preciso instante, y me imagino que el olor a lluvia también te va a hacer pensar en mí. Porque supongo que yo también tendré olor a lluvia en tus recuerdos. Y por eso me encanta cuando llueve, porque creo que es el momento en el cual los dos nos pensamos (y nos encontramos).
Y creo que el error fue dejarlo todo antes de que me dijeras que fuera. Y no sé, que ya nada puede volver a ser como antes, porque yo ya no soy la de antes. Aunque quiera ser la persona de antes, la persona simple a la que le ilusionaba un cumpleaños de mierda. Que sólo podré perdonarme esto de destrozarme la vida, cuando consiga arreglármela (nunca). Pero... ¿para qué voy a querer pasar de página si es mi favorita? ¿Para que voy a poner un disco si sólo me gusta tu risa? Total, sólo quiero escribir la historia de amor más bonita. Para después quemarla. Y destruirla (y destruirnos). Y al final es todo un bucle. Sólo sangro por alguien que ni sabe ni quiere curarme. Soy una egoísta intentando olvidar a alguien que no quiero que me olvide. Y qué. Más me jode que el tiempo sea el culpable de quitarnos todo... ¿qué va a curar? Y encima se lleva el mérito. Menos mal que somos mortales, aunque tú quisieras convencerme de lo contrario.
¡Que no me va a dar tiempo a pasar mi vida a limpio! Y me estreso. Porque estás en todas las páginas escrito y con bolígrafo, por si fuera poco (y ahora es cuando me doy cuenta de porqué los profesores siempre quieren que escribamos de pequeños con lápiz). Después pienso en lo injusto que ha sido. Me parece injusto porque yo no me rendí, fuiste tú quién me mató en el intento.
Ya tengo asumido que soy un desastre y que cuando encuentre todas las piezas, me perderé yo, y que... ¡No sé por qué lo llamamos pasado si es lo más presente que tenemos! Vaya, ironías en forma de capicúa... Tampoco sé cómo ibas a matar monstruos por mí, si el único monstruo que había, eras tú.
Nos comemos la cabeza como si algo en esta vida tuviera sentido. Era como que nos queríamos sin saber querer... o algo así, ¿sabes? O como cuando apareces sin haber venido.Y después sólo puedes arrepentirte. Y arrepentirte. Y arrepentirte. Y otra vez más. Porque también somos lo que no decimos. También perdemos a quienes no hemos tenido. También nos duelen los recuerdos que no hemos vivido.
Que sí, que las mentiras son bonitas pero no tanto como para aferrarse a una toda la vida. Que yo tenía mucho miedo a perderte. Y lo superé. Perdiéndote...
Y así resumiendo, que lo peor que podía pasar, ha pasado. Lo peor no era que te fueses. Era que te fueras conmigo pero sin mí. No sé si me explico. Aún así, quiero que sepas, que sigo matando por ti, aunque seas quién me está matando a mí.
Me encenderé un cigarro, porque lo nuestro ya es ceniza, y me lo fumaré eternamente, que es lo que durará esta noche...
"Y ahora que te escribo,
quiero que sepas
que cuando no lo hacía
era mi forma de no reconocer
que te quería.
Mi única huida,
eras tú."
Si no te hubieras ido, yo no habría vuelto. Celia.
Y yo no puedo seguir torturándome cada vez que llueva. Aunque me encanta que llueva. Me encanta, porque me recuerda a tu perfume, o bueno, al que tenías cuando estabas conmigo. Y me gusta salir a la calle mientras llueve, a empaparme un poco de ti, porque así siento que aún estás conmigo (o mucho más cerca por lo menos), y entonces, pienso en qué estarás haciendo en ese preciso instante, y me imagino que el olor a lluvia también te va a hacer pensar en mí. Porque supongo que yo también tendré olor a lluvia en tus recuerdos. Y por eso me encanta cuando llueve, porque creo que es el momento en el cual los dos nos pensamos (y nos encontramos).
Y creo que el error fue dejarlo todo antes de que me dijeras que fuera. Y no sé, que ya nada puede volver a ser como antes, porque yo ya no soy la de antes. Aunque quiera ser la persona de antes, la persona simple a la que le ilusionaba un cumpleaños de mierda. Que sólo podré perdonarme esto de destrozarme la vida, cuando consiga arreglármela (nunca). Pero... ¿para qué voy a querer pasar de página si es mi favorita? ¿Para que voy a poner un disco si sólo me gusta tu risa? Total, sólo quiero escribir la historia de amor más bonita. Para después quemarla. Y destruirla (y destruirnos). Y al final es todo un bucle. Sólo sangro por alguien que ni sabe ni quiere curarme. Soy una egoísta intentando olvidar a alguien que no quiero que me olvide. Y qué. Más me jode que el tiempo sea el culpable de quitarnos todo... ¿qué va a curar? Y encima se lleva el mérito. Menos mal que somos mortales, aunque tú quisieras convencerme de lo contrario.
¡Que no me va a dar tiempo a pasar mi vida a limpio! Y me estreso. Porque estás en todas las páginas escrito y con bolígrafo, por si fuera poco (y ahora es cuando me doy cuenta de porqué los profesores siempre quieren que escribamos de pequeños con lápiz). Después pienso en lo injusto que ha sido. Me parece injusto porque yo no me rendí, fuiste tú quién me mató en el intento.
Ya tengo asumido que soy un desastre y que cuando encuentre todas las piezas, me perderé yo, y que... ¡No sé por qué lo llamamos pasado si es lo más presente que tenemos! Vaya, ironías en forma de capicúa... Tampoco sé cómo ibas a matar monstruos por mí, si el único monstruo que había, eras tú.
Nos comemos la cabeza como si algo en esta vida tuviera sentido. Era como que nos queríamos sin saber querer... o algo así, ¿sabes? O como cuando apareces sin haber venido.Y después sólo puedes arrepentirte. Y arrepentirte. Y arrepentirte. Y otra vez más. Porque también somos lo que no decimos. También perdemos a quienes no hemos tenido. También nos duelen los recuerdos que no hemos vivido.
Que sí, que las mentiras son bonitas pero no tanto como para aferrarse a una toda la vida. Que yo tenía mucho miedo a perderte. Y lo superé. Perdiéndote...
Y así resumiendo, que lo peor que podía pasar, ha pasado. Lo peor no era que te fueses. Era que te fueras conmigo pero sin mí. No sé si me explico. Aún así, quiero que sepas, que sigo matando por ti, aunque seas quién me está matando a mí.
Me encenderé un cigarro, porque lo nuestro ya es ceniza, y me lo fumaré eternamente, que es lo que durará esta noche...
"Y ahora que te escribo,
quiero que sepas
que cuando no lo hacía
era mi forma de no reconocer
que te quería.
Mi única huida,
eras tú."
Si no te hubieras ido, yo no habría vuelto. Celia.